Testimonio de Madre Rosaria del 9 de agosto de 2011
Hola a todos! Ustedes me han aplaudido, pero yo no quiero ir al purgatorio por el aplauso a una mujer. Si debemos aplaudir a una mujer esta es María. Si yo estoy aquí, si existe la comunidad y si ustedes están aquí es porque yo la he encontrado, porque si no la hubiese encontrado no habría nada de este proyecto. ¡Para que sepan lo que significa encontrar a una Madre llamada María, que me ha dado Jesús! Por eso, ¡un bonito aplauso a Ella! (Aplauso) Aplaudamos al Altísimo, al Padre, por el regalo de una madre: ¡María Reina de la Paz en Medjugorje! ¡Gracias Madre! Una vez más, Ella descenderá esta noche para bendecir nuestros corazones. ¡Visitemos nuestros corazones para bendecir nuestra vida! ¡Si ella no hubiera estado, nosotros no habríamos tenido este encuentro! ¡Piensen qué belleza en la que Dios nos ha puesto! ¡Gracias!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Encomendamos a tu Corazón Inmaculado, Madre, este encuentro, ayúdanos antes de dar nuestro testimonio, a transmitir nuestra experiencia, la que tú, Madre, nos haces vivir en el corazón de Medjugorje. Porque Medjugorje no es el nombre de una ciudad, de un pueblo, es el corazón de Dios, donde Dios, a través de Medjugorje quiere llevar a los hombres a la santidad. Gracias por este regalo, Mamá, y gracias por haber elegido a las mujeres. ¿Saben decirme por qué Jesús se apareció a las mujeres? ¡Jesús se apareció a las mujeres para que fueran a anunciar que la tumba estaba vacía! Al buen ladrón le dijo, ¡si te arrepientes estarás conmigo en el Paraíso! Y más tarde se apareció y manifestó su perdón, y también porque sabía que la mujer no se iba a callar, porque ¡la mujer es muy importante en los planes de Dios! Poca gente piensa en cuáles son los planes de Dios para la mujer. Miren quién es la artífice que nos conduce a encontrarnos con el Hijo: es María, y para nosotros no es una extraña, se ha convertido en nuestra madre.
Les hago una pregunta a quemarropa: ¿están dispuestos a ser santos? Veo que no todos han dicho sí. Antes de rezar es necesario que les lea un mensaje. ¿Quién de ustedes, a lo largo de su vida, ha ido a ver a un sacerdote para pedirle la bendición sobre la promesa, sobre el compromiso de ser santo? Nadie, ¡Terrible! Escuchemos qué dice nuestra Madre el 10 de julio de 1986: “Queridos hijos, hoy los invito a la santidad, sin santidad no pueden vivir. Por eso venzan el pecado con amor y con amor superen las dificultades que encontraran. Queridos hijos, les ruego vivan el amor en sus corazones”. Escuchemos qué nos dice el 25 de julio de 1987: “Queridos hijos, les ruego acepten a partir de ahora el camino de la santidad. Los quiero mucho y por eso deseo que sean santos, no deseo que Satanás obstaculice este camino. Queridos hijos, recen y acepten todo aquello que Dios nos ofrece en este camino que es doloroso, pero que, para el que empieza a recorrerlo, muestra toda Su dulzura de forma que responde con gusto a cada llamada suya. No den importancia a las pequeñas cosas de aquí abajo, miren hacia el Cielo”.
Tercer mensaje: 13 de noviembre de 1986. Aquí tienen que responderme, porque si han venido a Medjugorje es por una razón, Ella los ha llamado. No los ha llamado para meterse Ella misma en el centro de su vida, sino para ponerlo a Él, ¡como lo ha hecho conmigo! Yo me he casado con Su Hijo y, como les he dicho al principio, si no la hubiera encontrado no existiría este proyecto y no estarían ni siquiera ustedes aquí escuchando lo que les digo. Piensen en la importancia de encontrar a esta Madre maravillosa, especialmente para los jóvenes, las madres e incluso los niños: “Queridos hijos, hoy los invito a todos a rezar con todo el corazón y a cambiar día a día su vida. De forma especial los invito queridos hijos a comenzar a vivir santamente, con sus oraciones y sus sacrificios, porque deseo que cada uno de ustedes, que ha estado cerca de esta fuente de la gracia, llegue al Paraíso con un regalo especial para mí: la santidad”.
Si tú vienes a Medjugorje y no vuelves a Dios santificado, has perdido el tiempo y has desperdiciado tu vida presente y eterna. “Por eso queridos hijos, recen y cambien cada día su vida para poder llegar a ser santos, Yo estaré siempre con ustedes”. Ella es la Madre que Jesús nos ha dado y que pocos de nosotros hemos acogido en nuestra propia vida. ¿Quién de ustedes la llama Madre y quien la llama Virgen? Madre, ¡Ella es madre! Jesús ha dicho: “¡Mujer, aquí tienes a tu hijo, hijo aquí tienes a tu madre!”, todo se ha cumplido, pero nosotros no la conocemos como madre, nos resulta ajena, es por eso que yo empiezo evangelizando antes de dar mi testimonio, porque el testimonio se los daré en 7 minutos, pero primero quiero decirles lo que ella ha hecho en mi vida desde 1983, qué enseñanzas, entrando en nuestra vida, Ella cumple, ¡cómo te guía! Ella es una Madre que está verdaderamente presente en tu existencia, pero tú te olvidas de su presencia en ti.
Cada tres o cuatro años vamos a las Misiones en Guadalupe, Ciudad de México, hasta Acapulco, y he descubierto en el transcurso de los días, que detrás del Santuario hay una “Capilla de las promesas”, donde hay un sacerdote que cuando vas te recibe, te confiesa y luego le haces la promesa de dejar allí tus vicios y todas las cosas que te alejan de Dios. El sacerdote recibe y bendice este propósito espiritual y tú, con esta promesa, vuelves al mundo a luchar la gran batalla: aprender a estar en el mundo sin pertenecer al mundo. Cuántas veces has encomendado al sacerdote de tu parroquia este propósito: yo quiero llegar a ser santo porque un hombre ha dado su vida por mí y una madre desde hace treinta años nos viene guiando porque quiere llevarnos a todos al paraíso, porque ¡somos santos en la fuente de la gracia en Medjugorje! ¿Quién de ustedes lo ha hecho? Nadie, entonces ¡han perdido tanto! Es bueno que yo haya recibido la gracia de la conversión y es bueno que la haya encontrado, porque hoy todavía no he recibido la bendición de la Iglesia; mi propósito es responder a la fuente de la gracia para llegar a ser santa y la Iglesia me bendice, ¿verdad P. Angelo que ella me bendecirá? Entonces, ¿quién de ustedes quiere ser santo respondiendo a esta fuente de gracia que es Medjugorje?
Para entender dónde han venido, Medjugorje, no es una peregrinación como Fátima o Lourdes, que van a ver el recuerdo de unas apariciones, tú has venido a un lugar donde Ella vive, has venido a un lugar donde Ella habla a los hombres, has venido a un lugar donde el P. Slavko decía hace muchos años: “la Virgen me ha pedido que les diga a ustedes, los guías, que les digan a los peregrinos que vienen a Medjugorje, que es como si estuvieran en la escuela primaria, pero que cuando se marchan ya están en la universidad, con el estado de gracia que Dios ha decidido para ellos”. Nosotros no hemos aceptado en Fátima lo que Ella nos ha dicho, ¡no! Queremos continuar viviendo como si nada, como antes, ¡peor que antes, leyes contra la vida, el aborto, el divorcio! Nos hemos condenado a muerte y ¡el egoísmo ha resuelto el problema!
Ella ha dicho en Fátima, queridos hijos, a la pequeña, muchos matrimonios no son de Jesús, no vienen de Dios, y ¡nosotros lo hemos resuelto con el divorcio! Eduquen en la virginidad y la pureza, háganlos crecer; los padres, en poder de la gracia de Dios, ¡no! Hemos ido más allá del mundo, sin embargo San Pablo dice: “No se conformen con la mentalidad de este mundo”. Dios está vivo, ayer, hoy y siempre, ¡todo pasa pero mis palabras no pasarán! Y Ella, desde hace treinta años nos lo está recordando, gracias a Dios una vez más es misionera, viene a llamarnos de nuevo y a decirnos: “Tú eres precioso a los ojos de Dios y tienes una vida que no solo es la presente sino también la vida eterna; pero la eternidad, según tu libertad, la aceptas o la rechazas.
No maldigan a Dios, no le echen la culpa a Dios. En Medjugorje Ella ha dicho, en el penúltimo mensaje, “Queridos hijos, despiértense del sueño de la incredulidad”. Hace años, en el tiempo de Cuaresma, creo que en el año 1983 o en el 1984 dijo: “Queridos hijos, el mundo está enfermo en su fe”. Necesitamos una verdadera conversión, sino no podemos responder a nuestra llamada cotidiana, pero debemos desear y querer realmente ser santos. Escuchen lo que nos dice en abril de 1983, ¡ustedes no conocen muchos mensajes! Primero la Palabra de Dios, segundo conduce los mensajes de la Virgen y ¡verán como caminaran rectos! Incluso si llegara el tentador para hacerlos vacilar, saben que tenemos una gracia, basta no abusar de la misericordia de Dios, se acerca uno al Ministro de Dios y le dice: “he luchado pero no lo he conseguido, padre ¿me ayuda?” Te confiesas, ves que quieres salir de aquella situación, tú quieres responder a tu llamada, demuestras a Dios que lo quieres en tu vida; sino somos como esos hijos pasivos que dicen “yo creo en Dios pero no hago nada, hago lo que hacen los demás, todo el mundo excepto Dios”.
Escuchen lo que dice, porque debo sentir que lo desean, si hoy Dios me llamara, hoy la Iglesia debe bendecirme porque quiero llegar a ser santa, no porque lo he decidido yo sino porque Ella ha dicho: “ustedes que han venido a esta fuente de gracia aquí en Medjugorje, yo los quiero en el Paraíso con el don de la santidad” y ¿quieren venir aquí a rechazarlo?
Saben que me entristece cuando escucho decir: “yo he estado en Medjugorje diez veces, veinte veces, treinta veces”; entonces les hago una pregunta: “Pero ¿tu rezas el Santo Rosario cada día?”, “¡No, no, no tengo tiempo en absoluto!, pero creo en Medjugorje”. “¿Haces ayuno?”, “No, no puedo porque tomo medicamentos”, yo le digo: “yo también tomo medicamentos, pero si tengo que comer pasta me la como sin condimentar, o también se puede tomar arroz sin condimentar”.
Incluso mi Obispo ha dicho a mis jóvenes, ustedes pueden hacer ayuno en el seminario, mortifiquen su paladar y coman sin condimentar un primer plato y también el segundo. Fíjense, nos justificamos de nuestras fragilidades y después decimos que no lo conseguimos. Pero, ¿creen que María nos puede pedir cosas que no podemos hacer? ¡Si supieran quiénes somos! Y cuán grande es el amor de Dios dentro de nosotros y ¡nosotros no lo conocemos! Es Él quien se hace nada en tu humanidad y tú quien lo profana. El carácter sagrado de lo divino está en la vida humana, no sabemos quiénes somos, de dónde venimos y cuál es nuestra meta. ¿Cuál es la pareja de novios que se casa consciente de que la vida del hijo que va a venir, vendrá en esta vida para pasar a la otra vida? ¿Quién tiene esta cultura de la vida eterna? ¡Nadie! Si hablamos de muerte, uh! Es el paso de dejar tu vida terrenal. P. Angelo, ¿ha entrado alguna vez en su Iglesia un ataúd que se lleva por delante todo lo que tienen? En el Trentino (región en el norte de Italia, n.d.t.) me ha dicho un sacerdote: “no madre, ¡nunca ha entrado dentro de la Iglesia un ataúd que tuviera bolsillos!” Porque lo que tú tienes dentro no te lo puede quitar nadie, y son los tesoros del cielo que durante esta vida debes acumular y hacer crecer dentro de ti, sino todos somos preciosos por fuera, pero podridos por dentro.
Por lo tanto, debemos cambiar de dirección, volver a Italia y caminar a contracorriente, de lo contrario los “antimedjugorjianos” tendrán razón. ¿Saben que han escrito en internet? Nosotros no creemos a los que hablan de Medjugorje porque dicen que creen en la Virgen, pero luego no hacen lo que Ella les pide. Si tú crees que verdaderamente se aparece, al volver a casa debes hacer lo que Ella te pide, con tus dificultades, con tus sufrimientos, con tus sacrificios, con la cruz. No se puede entrar en el Paraíso por el camino ancho, porque nuestro camino es estrecho; somos aquellos que “han pasado por grandes tribulaciones y han lavado sus vestidos” y gracias a nuestra querida Iglesia, católica, apostólica y romana, cada día hay seguidores de María perseguidos, cada día hay que levantarse P. Angelo, hay que levantarse porque la Iglesia es exaltada, bendecida; a la Iglesia no la guía la fragilidad humana, la Iglesia está guiada por el Espíritu Santo, y es gracias a Él que una vez más hoy Jesús se ha hecho así, ha venido dentro de nosotros a hacerse Carne de Dios, y ¡por nuestras venas corre la Sangre de Dios! ¿Quién de ustedes vive esta experiencia de amor? ¿Quién? Sin ellos ninguno de nosotros puede ir a la eternidad siendo santo, porque el Santo es Cristo en nuestra vida, gracias a los santos sacramentos, a la vida que Él ha venido a darnos. Y nosotros dormimos, hacemos todas las cosas del mundo pero las de Cristo no las conocemos, así que ¡un aplauso a mi Iglesia! Mi Iglesia, nuestra Iglesia que está guiada por María y guiada por el Espíritu Santo, sin el Espíritu Santo no tendríamos la Eucaristía; qué cosa tan bonita nuestra Iglesia, ¡debemos amarla! Quiero que sea amada y aplaudida; gracias Padre, gracias porque existes, gracias por los jóvenes que tienen la valentía de poner sus vidas al servicio del Amor, ¡gracias Señor y gracias Madre por este amor que has demostrado por nuestra amada Iglesia! Ay de ustedes si la critican, estén atentos, que el demonio es listo y los puede hacer perder la fe e incluso la santidad.
Quería leerles este mensaje que Ella dio el 25 de abril del 1983. Cuenten cuantas veces dice “conversión”. Escuchen: “Mi corazón arde de amor por ustedes, lo único que deseo decir al mundo es esto: conversión, conversión, conversión. Sólo pido conversión, haganlo saber a todos mis hijos: ninguna pena o sufrimiento”.
Ella lo dice, Ella, que es Madre. “Les ruego sólo que se conviertan, rogaré a mi hijo Jesús de no castigar al mundo, pero les suplico, conviértanse. Ustedes no se pueden imaginar lo que sucederá, lo que Dios mandará al mundo, por eso les repito, conviértanse, renuncien a todo, hagan penitencia”.
¡Fátima, Fátima, hemos hecho oídos sordos, no hemos escuchado! Dice aún: “Esto es todo lo que deseo decirles, conviértanse. Lleven mi gratitud a mis hijos que han rezado y ayunado, lo presento todo a mi Hijo, para obtener que mitigue Su Justicia con la humanidad pecadora”.
¿Cuántas veces ha dicho que nos convirtamos? ¡Siete veces! ¿Y quién no ha escuchado este mensaje? Renuncien a todo, hagan penitencia, rehusen todo lo mundano que nos aleja de Dios. Ella es la esposa inseparable del Espíritu Santo. Saben, a una pregunta que le hicieron a Vicka hace algunos meses, sobre los diez secretos, ella respondió: “Con treinta años de apariciones se ha mitigado sólo una parte del séptimo secreto, el resto sigue igual”. Quiere decir que en treinta años no hemos hecho nada, no hemos tenido la voluntad de decir: “Tú eres mi madre, yo soy tu hijo y haré con tu ayuda lo que me pidas”.
Los jóvenes, el vivir en castidad, en pureza, vivir en el mundo sin ser del mundo, en cambio ¡multiplicamos el espíritu del mundo con un modernismo que va contra la luz de Dios!
Quiero concluir esta parte de mi testimonio con la simplicidad de la oración del Padrenuestro, porque quiero rezar un momento con ustedes, y llevar después el gozo del Resucitado, pues yo lo he encontrado, y esta sed diaria de Dios, este deseo de convertirme a Él, es justamente ¡porque Ella ha entrado en mi vida! Mi objetivo es cumplir la voluntad de Dios en lo cotidiano, donde, en el amor divino, y no el humano, este amor que sabe darse, que no se cansa nunca y está siempre a punto para decir “¡Aquí me tienes!”, aquel amor recibido en el Santo Bautismo. En el Bautismo tenemos la semilla de la vida divina, la base del Paraíso, el don del Espíritu Santo, que ha puesto siete magníficos dones en nuestra vida, y están cerrados en nosotros…. ¡como dormidos!
Y nosotros, en casi un 90% ¡vivimos bajo el dominio de la carne y silenciamos la vida del Espíritu! Por eso Dios ha decidido por nosotros y viene a despertarnos de nuevo, con simplicidad, para que nuestros corazones se libren del espíritu del mundo y sean llenados de la gracia de Dios. Es por eso que estás en Medjugorje, lugar de gracia en donde Ella viene a darte este don, ¡llevarte al Paraíso en santidad!
Si rezamos, oramos porque hay un motivo, y nuestra plegaria con Ella significa encontrar el diálogo entre nosotros y Él, y la oración más simple es el Santo Rosario, que luego les explicaré. Pero quiero solo darles un mínimo, que es rezar. Es importante que descubramos esta belleza de Dios en la oración, ya que Ella ha dicho: “Oren, oren, oren”, no ha dicho “escuchen, escuchen, escuchen”. “Recen, al menos” significa el mínimo – ¡”alegría, dolor y gozo todos los días”! “¡Ah, pero yo no tengo tiempo!”
Oígan qué dice en el año 91, así rezamos el Padrenuestro con el corazón abierto: “Queridos hijos, hoy como nunca los invito a la oración, que su oración sea por la paz, Satanás es fuerte y quiere destruir no sólo la vida humana, sino también la naturaleza y el planeta en el que viven” – ¡y nosotros vamos tirando todos los días como si nada! “Por eso, queridos hijos, recen, para poder ser protegidos a través de la oración con la bendición de la paz de Dios. Dios me ha mandado entre ustedes para ayudarlos, si quieren mi ayuda, tomen la corona del Santo Rosario. El rosario por sí solo puede hacer milagros en el mundo y en nuestra vida. Yo los bendigo y estoy con ustedes hasta que Dios quiera. Gracias ya que ustedes no olvidaran mi presencia aquí. Gracias porque su respuesta es buena y sirve para la paz”.
Cuando nosotros decimos: “Padre nuestro que estás en los cielos”, pero el Cielo es uno, ¿qué quiere decir cuando decimos: “Padre nuestro que estás en los cielos? ¿Saben lo que son los cielos? ¡Los corazones de los hombres! Porque donde haya un corazón que palpite, les guste o no, Dios allí habita, es Su terreno.
“Santificado sea tu Nombre”, ¿dónde? Dentro de mí y a través de mí se quiere acercar al mayor ejemplo, que es el alto grado de humildad que ha hecho Jesús, cuando se encontró con Simón de Cirene. ¿Qué le hicieron a Simón de Cirene? Le obligaron a llevar la cruz, ¡pero él no quería llevarla! ¿Pero qué sucedió? En aquel momento se abrieron los cielos y el hombre se presenta con la cruz delante de Dios, y hoy puede rezar por mí, por ti, ¡por toda la humanidad!
Ella ha dicho: “Queridos hijos, denme sus corazones, a través de ellos quiero hacer milagros y prodigios”, y aún dice en otro mensaje: “Queridos hijos: que su corazón sea un río de gracia para la humanidad lejana del amor de Dios”. Eres un instrumento en las manos de María, y cada día la Iglesia te lo dice en la Santa Misa, cuando tú respondes al sacerdote que dice: “Oren, hermanos, para que este sacrificio, mío y vuestro, sea agradable a Dios Padre Todopoderoso” no dice tuyo sino vuestro, y nosotros respondemos: “Que el Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su Nombre, para nuestro bien y el de toda su Santa Iglesia”. ¿Quién es la Iglesia? ¡Nosotros los bautizados! ¿Quiénes son los que pueden recibir la Santa Eucaristía? ¡Los santos! Y los santos, ¿quiénes son? ¡Los bautizados! Ustedes que han venido a esta fuente de gracia pueden entender ahora cómo es de fuerte este espíritu en el que Ella nos da el deseo y la voluntad de responder en lo más profundo de nuestros corazones, de otra forma, o somos santos, ¡o somos cristianos fallidos! Recuerden, Dios no creó el purgatorio, ha tenido misericordia, Dios ha creado al hombre para Su gloria y Jesús nos ha glorificado. Es nuestra libertad la que dará testimonio: “Yo he respondido a la llamada de ser hijo de Dios” o “Yo reniego de ser hijo de Dios”.
“¡A mi manera!” Ustedes si tienen el carné de conducir, no pueden conducir a su manera, hay reglas, ¿verdad? Y ni tan solo un médico si no estudia puede ser médico, ni tan solo un sacerdote. Y en cambio nosotros con Dios hacemos lo que queremos, todo va bien, ¡pues no! Hay unas reglas, ¡los santos mandamientos, los sacramentos, los preceptos! Y si rezamos el santo rosario, ¡seremos hombres libres para poner en práctica toda la gracia que recibimos en el santo Bautismo que nos da la Iglesia! Y por eso “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre” en mí y a través mío, todos nosotros y la humanidad entera que tú quieres abrazar. “Santificado sea tu nombre” en mí y te presento a mi hijo esclavo de la droga, mi marido que es alcohólico, mi hija que es una libertina, ven Espíritu santo, ¡ven! Estamos distraídos, ¿me entienden? Cuando decimos: “Venga a nosotros tu reino”, ¿qué queremos decir? San Juan en el capítulo 16 dice: “Me voy, pero les mandaré el Espíritu Santo, el que consuela, el Espíritu de verdad, que los llevará a la verdad eterna”, y cuando decimos “venga a nosotros tu Reino”, quiere decir que venga el Espíritu Santo, ya que el Reino de Dios es revelado en el corazón del hombre solo a través del Espíritu Santo. Por eso les digo que la Iglesia es guiada por el Espíritu Santo. “Hágase tu voluntad” ¿Y cuál es la voluntad de Dios? “Sean santos como yo soy Santo”, “Sean perfectos como mi Padre en los cielos”. “Así en el cielo como en la tierra”, ¿Qué es el cielo, la tierra? ¡Es mi corazón! Y es a través de mi corazón que mi familia, mi comunidad, estos corazones se mueven! ¡Ven, Espíritu Santo!
Dios nos ha dado todo pero no tenemos tiempo de rezar, ¡y por eso no tenemos vida interior! Recemos un Padrenuestro y tres Avemarías a los siete dones. Encarnar, escuchar, interiorizar y después responder. Estan sentados, lo que cuenta de verdad es el corazón: María, Mamá dice que desea que el Espíritu Santo, que Él sea el amo absoluto de nuestros corazones, ya que la misión del Espíritu Santo es ensanchar nuestros corazones, para que la Santísima Trinidad habite en nosotros, esta es la plenitud de la santidad perfecta de Dios, el espíritu revela Jesús y Jesús revela el Padre, todos dentro de ti, para que tú seas una criatura glorificada, y la gloria viene solo de la Santísima Trinidad.
Madre, desde el comienzo te he confiado a estos hermanos y hermanas, reza con nosotros para que podamos obtener hoy la curación de la fe, el don de la conversión del corazón, manda sobre ellos el Espíritu Santo, el Espíritu y tu maternidad de Madre, para que puedan conocer el gozo de ser salvados, santificados, redimidos, para que puedan sentir en su corazón la presencia del Espíritu Santo, el Cristo Resucitado vivo dentro de ellos, para que en este lugar que es fuente de gracia, entre en sus corazones la santidad perfecta.
Matéria original: https://rosasparalagospa.com/2014/03/29/testimonio-de-madre-rosaria-del-9-de-agosto-de-2011/